lunes, 29 de febrero de 2016

Evaluación del trabajo por rincones

La mejor técnica para evaluar los rincones,es la observación directa y sistemática por parte del maestro, mientras los/as niños/as están en los diferentes rincones, de las estrategias puestas a la práctica por cada alumno y el seguimiento de su evolución.
Su papel en la observación es fundamental: ajusta y reajusta la ayuda, guía, sustenta todo el proceso de aprendizaje. Es él quien mejor conoce a los niños, quien los ayuda a conocerse, a avanzar en su desarrollo, a construir su propio aprendizaje y a participar e intervenir en la mejora del aula. En esta observación sistemática y específica, hemos de tener en cuenta qué vamos a evaluar y por qué; y hasta qué punto se están consiguiendo los objetivos propuestos.
Dividiremos los aspectos a observar en dos grupos:
En primer lugar, evaluaremos el funcionamiento de la clase, aspectos generales como la organización espacial del aula, la idoneidad de su ubicación para la actividad o el juego que se realiza: el uso de los materiales y el equilibrio de estos, tipos de materiales, adecuación a las edades, etc.; la actuación de la persona adulta, la planificación, su intervención en el juego, etc.

En segundo lugar, pero no menos importante, el proceso de aprendizaje-desarrollo de cada alumno o alumna: la interacción, el juego, el grado de autonomía, el apego, la autoestima. Observar un niño en particular (cómo actúa en el aula, sus interacciones con los mayores y sus iguales, cómo usa el lenguaje etc.) es importante para atenderlos a todos. También observaremos un rincón determinado, qué procesos cognitivos se generan en los niños, que conductas se desarrollan en este rincón, que tipo de relaciones tienen lugar, el tipo de material, etc

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